jueves, 3 de septiembre de 2009

Ideología de la Raza Cósmica. Por Saúl Rivas Rivas

Dentro de los llamados proyectos históricos de la dominación, está el que
considera a España como nuestro único ombligo: la ideología de la “cultura única mestiza”. Sin embargo, hasta la misma España se ha tenido que redefinir hoy como país multiétnico y pluricultural ante la presencia contundente de vascos, catalanes, gallegos, valencianos, gitanos, guanchescanarios,además de no poder desconocer hoy la presencia de la unidad en la diversidad, de lo indoamericano, afroamericano e hispanoamericano, iberoamericano, lo hispanoárabe,lo latinoamericano y lo latinoeuropeo en el contexto de la mundialidad actual.
Por otra parte la integración bolivariana y emancipadora, no supone una
desintegración en nombre de un “integracionismo cultural” unilateral y pulverizante de los pueblos y culturas diferentes. Es el cuento de un mestizaje desmestizante.
Tampoco es cierto que la construcción de un partido unido de la revolución socialista encuentre obstáculos en nuestras diversidades étnicas, culturales, lingüísticas autóctonas, equilibrio de género, sociodiversidad, biodiversidad y visión integral del ambiente como centro de la vida. Esta rica diversidad no es un obstáculo; afirmarlo, sería sostener que el problema está en los propios sujetos o actores Vale decir, en nuestros pueblos. La Babel de Papel intelectualizante es el desconocimiento de las diversidades, de su enlace como clave de la unidad en la diversidad y como clave de una universalidad bien entendida. Hasta la UNESCO por presión de los pueblos, no
de los intelectuales, ha creado el “Día de la Diversidad Cultural".Pero también la Declaración Universal sobre la Diversidad Cultural (2002) El Ministerio de la Cultura, tiene un Vice Ministerio sobre la Diversidad Cultural. ¿Y no es todo el Ministerio de la Cultura un instrumento de la unidad en nuestra diversidad cultural y la interculturalidad? Se preguntarán algunos… pero este Vice Ministerio surgió como
instrumento de equidad, para afirmar lo que está más negado, lo que está puesto en duda. Y el debate sigue…Mientras tanto, se legitima y se ve como normal –por parte de algunos intelectualesla muerte de las civilizaciones. Igual que la clase dominante discute todavía si Chávez es legítimo o no, los defensores a ultranza de la “unidad cultural” sin diversidades, todavía discuten si los pueblos indígenas, afrodescendientes e indiodescendientes somos legítimos o no en el contexto de nuestras nacionalidades actuales y en el contexto de la mundialidad actual.. Nos siguen poniendo en duda en forma indefinida. Por eso siguen discutiendo hoy si los derechos originarios, históricos y específicos de los pueblos indígenas se reducen o no y se le sale al paso de antemano en esta embestida racista a las poblaciones afrodescendientes para que no hagan valer sus derechos específicos. El asunto más grave es que todavía quedan algunos intelectuales de izquierda que se unen al mismo coro de la derecha unicultural y unirracial, clasista, patriarcalista y fascista. Estos intelectuales en el plano cultural representan hoy la izquierda de la derecha, como lo apuntaba Robert Jaulín, el creador de los conceptos de etnocidio o descivilización, que significa destrucción de culturas y de civilizaciones. Quieren revolver el hígado bilioso de la derecha fascista contra los pueblos indígenas y afrodescendientes para conseguir un ambiente y un coro favorable que no tienen hoy en el seno de la revolución bolivariana. Estos intelectuales en el fondo, siguen reclamando su propio ambiente exquisito en el seno de la revolución. Especie de “izquierda divina”. Las Nuevas Tribus también son parte de la raza cósmica, que parirá “el nuevo pueblo escogido de Dios”
Y pudiéramos decir lo mismo de los mormones, quienes se pretenden enviados en el nuevo “Pueblo Escogido de Dios”: la tierra del Tío Sam…De allí su derecho a intervenir en nombre de Dios donde se les antoje para imponernos su dictadura mediática y militar a escala mundial. El Proyecto ideológico de la “cultura única mestiza” e hispano céntrica: lo español como único centro de nuestra existencia (o de nuestra supuesta inexistencia histórica o negación tajante como indo americanos o afroamericanos). Este proyecto ideológico impuesto en los tres siglos de la colonia continuó camuflado después de la independencia y fue cediendo el paso a otro proyecto de dominación de fondo anglo americano. No podemos olvidar que la revolución mexicana de 1910 fue orientada como lo reconoce Octavio Paz por un modernismo unilateral y por un desconocimiento de la indianidad del pueblo mexicano bajo pretexto de cultura única mestiza e hispanocentrista, disfrazada de “mexicana a ultranza”.
Este hispanocentrismo se reacomoda hoy como hispanocentrismo lingüístico, tratando de articular una respuesta “latina” a la dominación anglosajona. Se habla por ejemplo, de multilinguismo y multipolaridad, retomando la unidad del idioma español frente a la hegemonía del inglés, pero con un deliberado desconocimiento de los idiomas indígenas y de la diversidad lingüística y cultural de la península ibérica. Esto tiene que ver con nuevas modalidades del hispanocentrismo lingüístico y propiciadoras del colonialismo interno o estandarización cultural. La afirmación de la unidad del castellano frente a la hegemonía del inglés no tiene por que atarnos a la hegemonía del español particular de la Real Academia Española en detrimento de nuestras variantes nacionales y locales hispanoamericanas e indoamericanas, ni de negar los idiomas indígenas de América, ni los idiomas de la península ibérica. Se trata de un multilinguismo y de una nueva multipolaridad al margen de nuestras realidades internas. Aparte de ello el Diccionario de la Real Academia Española sigue usando palabras claves con una connotación racista y etnocéntrica. Por ejemplo la forma como se manipula la palabra indio, traducida como bestia de carga y confundida con raza, sobre todo con “raza pura” y así, el mal intencionado manejo de raza y etnia para casarlo con la pretensión de una cultura única mestiza.
Esta visión ultrarracista y excluyente presupone con sus prejuicios por delante, que los pueblos indios no pueden desarrollar desde sus códigos lingüísticos un lenguaje científico técnico o bien, que deben modernizar unilateralmente su idioma y cultura o ya, que habría que preguntarles si les interesa desarrollarlo o no. Esto parte de la ignorancia y del desconocimiento histórico de la presencia indígena en la medula espinal de los movimientos filosóficos, ideológicos y políticos del actual momento histórico. Aparte de ello, algunos lingüistas se han dado cuenta de que ya existen palabras en los idiomas indígenas que pueden estar más en consonancia con el desarrollo de la física actual que el mismo inglés. De los vietnamitas se negaba de antemano la posibilidad de desarrollar un idioma científico desde sus propios códigos lingüísticos y culturales, algo que fue desmentido por la realidad histórica y por la ciencia intercultural. Del mismo español como idioma se dice hoy algo parecido o se le reconoce esa facultad como proyecto, pero negándosela a otros pueblos diferentes.
La ideología de dominación de “los pueblos nuevos” . Este falso proyecto sostiene que ya no somos indios, ni africanos, ni hispánicos. Nos lleva a un proceso de negación radical: desindianización, desafricanización, deshispanización progresiva para abonarle el terreno al proyecto euronorteamericano de poblamiento: política de tierra arrasada, “civilizar es poblar de nuevo”… Vale decir, ni el indio, ni el africano, ni el mestizo indohispánico, ni el español son ya “civilizables”. Un intelectual sostiene en su último libro, camuflado en el pensamiento de José Martí lo siguiente: ”La aniquilación de nuestras civilizaciones originarias, prueba que podemos originar civilizaciones”. O sea, que la muerte de pueblos y civilizaciones se puede seguir haciendo en nombre de la civilización”?.) Este intelectual de izquierda, coincide extrañamente con Benedicto XVI ¿Pueden esperar ustedes una mayor autoconfesión de genocidio (destrucción física de pueblos enteros), de etnocidio (destrucción cultural y de idiomas) o de ecocidio (destrucción de la naturaleza)? Esta peligrosa ideología del poblamiento euronorteamericano quieren algunos camuflarlo hoy como supuesto pensamiento de José Martí. Nada más contrario y alejado de la realidad. José Martí fue por el contrario uno de los pocos en su tiempo que enfrentó la dicotomía “civilización o barbarie” de Sarmiento, Alberdi y Gutiérrez en el Cono Sur. América no caminará sin el indio, señaló el prócer cubano.
Manipulación de unas reflexiones iniciales de Bolívar en 1815
Se echa mano de aquellas reflexiones de Bolívar en materia de identidad, cuando en su intento de diferenciarnos de Europa y de Norteamérica, se nos definió como un “pequeño género humano”. Ante ¿el qué somos? respondió, “no somos indios, no somos africanos, no somos europeos”, somos otra realidad aparte, cercada por dilatados mares. Son de los primeros intentos de reflexionar sobre nuestra realidad. Sin embargo, ya avizoraba que España era más Africa que Europa, no sólo en lo racial, sino también en su carácter y en sus instituciones. Pero ello hoy puede ser sometido a la constatación histórica. Prueba de que estábamos en los pañales de sus primeras reflexiones es aquella afirmación desesperada de “es imposible saber a que familia humana pertenecemos”.(Todavía no sabíamos qué éramos y quiénes éramos)…. Pero ahora sabemos con claridad que pertenecemos a una familia con unos orígenes, un desarrollo y una actualidad que es multiétnica y pluricultural, construyendo en forma endógena y no exógena nuestras nacionalidades indoamericanas y caribeñas. O diremos que sin antagonizar lo endógeno y lo exógeno, pero con primacía de lo endógeno sobre lo exógeno como mecanismo de equidad intercultural. Ya estamos saliendo al parecer, de las sombras de la colonia y del neocolonialismo. Lo esencial de un marxismo crítico y bien entendido, no son los dogmas sino el asumir el movimiento real de la historia, de la cultura viva y de las sociedades diferentes, sin negar el movimiento general a escala planetaria. Historia que son historias, con sujetos concretos, con un ser común, igual y diferente al mismo tiempo. Cultura que son culturas con sujetos y actores del pasado y del presente. Si lo dijo Bolívar o lo dijo Marx, preguntémonos: ¿En que contexto histórico y cultural concreto lo dijo? Esto es lo esencial y no las frases de loro de algunos seguidores de catecismo, convertidas en colcha de retazos. Engels aclaraba –por ejemplo en el Prólogo del “Origen de la familia, la propiedad privada y el estado”, que tanto Marx como él habían dispuesto de los análisis de Morgan hasta tanto la antropología dispusiera de otros referentes, con lo cual no estaba diciendo que negaba los aportes generales de este investigador. Como decía Eduardo Galeano, todo aquello que nos vacíe de nuestra memoria histórica y cultural no es marxismo sino droga, opio del pueblo. Vale decir, gato por liebre..
La misma España, en búsqueda de su identidad y de su unidad, que se da sólo a partir de su encuentro con América y no antes, pudo en algún momento haber dicho a lo interno:
no somos íberoceltíberos,
no somos romanos, no somos árabes, no somos vascos, ni Catalanes, ni valencianos, ni gallegos; no hablamos ni en vasco, ni en catalán, ni en gallego, hablamos sólo en español, no somos hispanoárabes, ni hispano canarios, ni hispanoamericanos, sólo somos españoles y europeos. Discusión que atraviesa la historia de España de los últimos 500 años. Sin embargo, la realidad histórica la lleva a un nuevo encuentro con sus diversidades, a entender la unidad en la diversidad o no será España, ni
parte de Europa con personalidad propia.
No se salva de la hegemonía mundial imperialista ningún pueblo negándose hacia adentro y afirmándose sólo hacia afuera. Esto ha pasado en América. Es parte del proceso de encuentro y desencuentro con sus orígenes múltiples negados por el proyecto imperial y el colonialismo interno. En indoamérica por prácticas también de
colonialismo interno. Y no se puede negar a los imperios occidentales y al imperialismo norteamericano, si no nos autorreconocemos en esos múltiples orígenes, comenzando por nuestros orígenes indígenas que han sido antagónicos en 500 años en la resistencia a toda forma de conquista y colonización, incluyendo el colonialismo interno y de allí el antagonismo de los nacientes Estados Nacionales. No es correcto por ejemplo hoy, abrir una exposición histórico cultural reconociendo en la primera sala que somos un país multiétnico y pluricultural y plurilingüe para terminar cerrando la exposición en la última sala, diciendo que hemos pasado de “pequeño género humano” a “la raza cósmica” del fascista mexicano José de Vasconcelos, de donde saldría el nuevo “Superhombre” o “Supermán de América” que debe contener en su ser todas las razas y culturas de la humanidad, en una especie de globalización o vacío cultural y espiritual de la “Aldea Global”, para no hablar del “fin de la historia”, de “las ideologías” y la “política”, como aderezo de esta fantástica prostitución de la dominación espiritual. Pero ese es el abismo de la ideología de la “raza cósmica”. No pueden hoy los españoles decir alegremente, que “no hablamos en vasco, en catalán, valenciano y gallego”, que “hablamos sólo en castellano y en europeo”. No podemos nosotros decir como lo decía hasta hace poco una de las cartillas del Centro Gumilla, que “no hablamos en maquiritare, hablamos castellano”. La realidad actual es que hablamos en yecuana, 34 idiomas indios más y en español al mismo tiempo y que todos son idiomas oficiales de la República Bolivariana de Venezuela y patrimonio de la humanidad, mientras el guaraní se perfila como tercer idioma del MERCOSUR. Entonces ahora, no es sólo la celebración de aquel famoso “Día del idioma” tomando en consideración sólo el español (aboliendo las pluralidades lingüísticas del mundo indoamericano e hispanoamericano y caribeño).
Otra variedad del hispano centrismo de la “cultura única mestiza” o desmestizante es la pretensión de ejercer el antiimperialismo dentro del colonialismo hispánico y sin promover una descolonización o una revolución cultural de fondo. Tipo Mario Briceño Iragorri, entre otros, como lo denunciara recientemente José Sant Roz por “A Plena Voz”. Lo cual no significa desechar algunos aportes vertiginosos de Briceño Iragorri a nuestras nacionalidades en otros ámbitos.
La ideología de la “raza cósmica” de Vasconcelos es la antesala y pedestal ideológico más adelantado al servicio del modelo de hombre y de cultura euro-norteamericana, portadora de un colonialismo étnico, ético, estético y por tanto de un colonialismo político cultural y territorial para legitimar la lógica económica capitalista: El Papa Benedicto Siglo XVI, Mons. Baltasar Porras y Domingo Alberto Rangel, entre otros, han arremetido con ensañamiento visceral contra los fundamentos del socialismo indoamericano: mientras tanto, el Cardenal Castillo Lara nos aclaraba “que el Papa no tira flechas”. Curiosamente, los argumentos de Baltasar Porras y de Domingo Alberto son casi los mismos. Pero volvamos con la “raza cósmica” como falso universalismo, que implica además: Colonialismo étnico, porque destruye formas de organización social y política de lucha y convivencia colectiva para imponer el individualismo como moral la competencia capitalista al servicio del mercado. Esto es también el colonialismo ético. O la ética capitalista. Se pretende negar la base cultural socialista de muchos pueblos indígenas (socialismo primario y no “comunismo primitivo” en el decir de Mosonyi) solo por el hecho de que desarrollaron ciertas formas internas de dominación. Quienes esto afirman, ignoran que hoy el socialismo como proyecto, como fase de transición hacia otro modo de producción y vida, no implica la desaparición de toda forma de dominación, pero si implica el proyecto histórico de abolición de las clases sociales y la tendencia a la supresión progresiva de toda forma de explotación, opresión y dominación. Se apela al recurso de un supuesto “socialismo científico”, que dejó atrás en forma global a las formas de socialismo histórico, intencionales o no intencionales y al polo utópico. No fue Marx sino Engels quien habló de socialismo científico en un momento coyuntural muy particular de discusión con los socialistas utópicos quienes no se inscribían en el movimiento de la historia real y concreta. Pero no se trata de suponer que las ciencias superan en redondo todo polo utópico. La complejidad del pensamiento humano no se limita a la exclusividad científica. Ello sería contrario al mismo movimiento de la historia y las sociedades y sobre todo al desarrollo científico y tecnológico sostenible en sintonía con el equilibrio del planeta, las etno ciencias y tecnologías de convivencia de los pueblos indígenas. Ello estaría al margen de las mismas fuentes del marxismo. En su momento histórico y sobre todo hoy cuando buscamos un socialismo del siglo XXI inscrito en nuestras realidades históricas y culturales, sin desconocer su carácter
mundial. Ni siquiera los neoliberales más agudos se atreven a hablar hoy –por ejemplo de un “capitalismo científico” cuando la orientación del desarrollo nos lleva a la hecatombe planetaria. Pena les da primero en declararse pro-capitalistas.
Ellos, más que nadie están conscientes del papel de la ideología de dominación y de su falsa utopía, la cual manejan con destreza. Máxime cuando ninguna de las banderas de esa ideología se han cumplido, comenzando por el famoso “libre comercio”, el cual tiene dos siglos de manipulación, coronado ahora por la manipulación mediática del ALCA.
Mariátegui hablaba de vincular el mito a la ciencia, porque sabía que la matriz colectiva de nuestros pueblos indoamericanos es inseparable de su visión del mundo y de la ética de la Naturaleza. Uno de los grandes retos del socialismo es resolver el antagonismo cultura naturaleza, ciudad campo, oralidad escritura.
Pero sigamos con la raza cósmica, como ideología, l en concubinato con todos los proyectos históricos de la dominación y lo que implica además: Colonialismo
Estético patriarcal porque pretende que nos avergoncemos de la madre india, afro, mestiza o blanca de orilla para imponernos la sociedad racista clasista, etnocéntrica, europeo-céntrica y patriarcal dominante. El patrón de belleza lo da y lo impone el modelo del conquistador de turno y la cultura dominante de turno. Es como la moda intelectual de las grandes metrópolis europeas.
Colonialismo Político territorial porque desconoce antagónicamente a los sujetos o actores en sus propias localidades, incluyendo las posibilidades de reproducción de su vida de generación en generación, antagonizando ciudad y campo, oralidad y escritura.
Sean pueblos y comunidades indígenas, afrodescendientes, campesinos, indio descendientes, reduciéndolos a la condición de supuestos parias subnacionales y en una especie de subciudadanía en los medios suburbanos, donde han sido arrastrados
producto de la voracidad capitalista. Víctimas de un estatuto fundacional de pueblos y ciudades de iberoamérica, excluyente de los nativos. Colonialismo ético: porque terminaría asumiendo la ética del capital, del máximo beneficio con el mínimo esfuerzo, depredando los recursos del planeta. Etanol, hambre. Desarrollo capitalista, sequía… cuando el agua es el recurso más estratégico del planeta, sin olvidar el mar territorial y sus recursos.
JOSÉ MARTÍ CONTRA EL PATRIARCALISMO O ENDORRACISMO MATERNO
Ya José Martí en su tiempo fustigaba a los que se avergonzaban del rostro de su madre india, por eso es arbitrario querer identificarlo hoy con la vulgar ideología de la “raza cósmica” y el cuento racista de “mejorar la raza” para parecerse a la raza cósmica y divina de su dominador. Están Miranda y Martí en los antecedentes independentistas del indoamericanismo, una de las fuentes del indosocialismo
trabajado inicialmente por Mariátegui y los primeros tiempos antiimperialistas del renegado luego, Haya de la Torre. La raza cósmica –en cambio pretende arribar a un uniforme cultural y lingüístico, donde en el fondo lo que subyace es la nostalgia por la “pureza racial y cultural” de la clase dominante y de la cultura dominante, transnacional, colonialista y globalizadora. Químicamente hablando, cuando se funden todos los colores, lo que queda es el blanco. Cuando se liquidan las
culturas y pueblos dominados, lo que queda es la cultura y los pueblos dominantes y sus clases dominantes. Es el culto a los padrotes de la conquista en la nueva búsqueda de El Dorado. El tomar del imperialismo sus mismos paradigmas para pretender diferenciarnos y crear bajo esos mismos modelos una referencia cultural aparentemente latino(americana) y caribeña. Detrás de la ideología de la “raza cósmica” se mueve la mentira de un mestizaje racial y cultural desmestizante, des-indianizante, des-africanizante, des-hispanizante, la negación de toda posibilidad de creatividad cultural de los pueblos indígenas, afrodescendientes e indio-descendientes. Vale decir, la “raza cósmica” es la culminación de un apestaste racismo cultural: si no podemos vencerlo, se propone en el fondo, que seámos a imagen y semejanza del mismo monstruo, del mismo imperio. Y para ello hay que “asimilar”, “tragar”, “digerir”, “sincretizar” (o convertir en colcha de retazos la personalidad histórica y cultural de cada uno y de todos nuestros pueblos para dejarnos con una identidad siempre en suspenso,).
En síntesis, debe ser abolido y puesto en cuestionamiento todo lo que es diferente a la civilización que nos domina, salvo –por ahora aquello
que se queda en el marco de lo hispánico o de lo latino,. Pero, lo hispánico y latino visto como algo transitorio dentro del proceso de digestión por lo anglosajón y de lo angloamericano. Allí está la trampa. No hemos entendido el carácter asimétrico, desigual de esta guerra. Entonces pretenden que enfrentemos al Goliat en su mismo terreno, con sus mismas armas culturales. Añoran los proponentes de la “Raza Cósmica” ser “El Superman de América”, “El llanero Solitario” que anula al indio convertido en su propia sombra. El Tarzán en África, que convierte a su madre en otra sombra, simbolizada en forma arbitraria en “Chita”, irrespetando el origen común de toda la humanidad que viene de África. Y a la cobriza madre india, como primera madre de América.
Es la misma historia del blanco en la selva amazónica buscando el Dorado, con el indio atrás como “tracalero”, “imbécil” y “bestia de carga”, definido así de antemano por el Diccionario de la Real Academia, con la exigencia, de tener que presentarse como “indio puro”, “sin mezcla de otra raza”. Indio así definido sólo lo encontraremos en Marte o en Júpiter. Y por supuesto, ya es “mestizo”, sólo por cruce racial y por tanto deja de ser (indio) y entonces, las tierras no le pertenecen como sujeto del territorio. Ha dejado de ser indio y hay que hacerle examen de “pureza de sangre”, (sacarle una muestra de sangre) como en Brasil en 1980 para saber si las tierras le pertenecen o no.
Peleando al imperio en su mismo terreno y con sus propias armas, como pretenden los ideólogos de “la raza cósmica”, se quiebra la estrategia. El David sería aplastado por Goliat, aunque inconscientemente, esa es la apuesta. Entonces a la final, el falso enfrentamiento es “la civilización” contra la “barbarie”. Perdiendo completamente la brújula cuando el dilema real hoy es “Socialismo o Barbarie Capitalista”…Tal como ya lo apuntaba Rosa Luxemburgo…
Pero un Socialismo que pasa por el entronque con la realidad pluricultural y multiétnica de nuestros pueblos y naciones. Por su vocación intercultural y gestando un mundo multipolar.
Su equilibrio ambiental y de género contra el patriarcalismo dominante.
En conclusión: ningún pueblo, ningún grupo humano, ningún idioma del continente puede ser sustituido bajo pretexto de ser representado en nombre de una “unidad” ficticia por otro pueblo, cultura o idioma que se erija como modelo civilizatorio o de desarrollo.
¡Patria, socialismo o muerte! ¡Venceremos! ¿Quién vencerá? La vida de nuestros pueblos y culturas, la vida del planeta, sobre la hecatombe capitalista…La Madre India y la Madre Africa, la Madre Tierra para reivindicar al padre.

(1) Entendemos por racismo cultural la pretensión racista de negar originalidades y potencialidades creativas propias a los pueblos y culturas dominadas, atribuyendo toda originalidad y creatividad sólo a las nuevas síntesis asimétricas o desiguales, donde la cultura y civilización dominante llevaría la voz cantante. En este sentido, toda creatividad trascendente sería producto de la iniciativa de síntesis de lo dominante sobre lo dominado. Y siempre como obra de las academias y nunca de los pueblos… Ver: Glosario Intercultural. Proyecto Intercultural Guaicaipuro. .Dirección de Educación Intercultural Bilingüe. .Ministerio del Poder popular para la Educación
2006-2007
(mimeografiado). Entendemos por racismo académico la pretensión de invalidar todo conocimientofilosófico, científico, artístico, religioso o político que se desarrolle al margen de las academias y de las clases y culturas dominantes

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